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Psicoterapia para Adultos

Ser adulto no significa tenerlo todo resuelto. A menudo es justo lo contrario: la adultez se convierte en una etapa donde hay que sostener, rendir, cuidar, decidir... sin que nadie pregunte cómo estás realmente. La vida se llena de obligaciones, prisas...

Adultez: sostenerlo todo, olvidarse de sí

Ser adulto no significa tenerlo todo resuelto. A menudo es justo lo contrario: la adultez se convierte en una etapa donde hay que sostener, rendir, cuidar, decidir... sin que nadie pregunte cómo se está realmente. La vida se llena de obligaciones, prisas, exigencias externas e internas. El cuerpo avisa. El ánimo decae. Las preguntas se acumulan.

 

Muchas personas adultas llegan a terapia con una mezcla de cansancio, frustración, autoexigencia y una sensación persistente de no saber en qué momento se desconectaron de sí. Siguen funcionando... pero no viven. O sienten que viven “a medias”.

Lo que suele doler

 

Entre los motivos más comunes por los que se busca acompañamiento están la ansiedad, el insomnio, la insatisfacción vital, los conflictos de pareja, la dificultad para poner límites, el agotamiento crónico o la sensación de no tener rumbo. También es frecuente el sentimiento de vacío, la repetición de patrones que dañan, la dificultad para tomar decisiones o el miedo a defraudar a otrxs.

 

Muchas personas se sienten atrapadas en roles que ya no les representan —madres, padres, hijxs, parejas, profesionales, cuidadores— y no encuentran espacio para pensarse sin culpa. O bien cargan con heridas del pasado que nunca pudieron mirarse con calma.

Relaciones, rupturas, trabajo, búsqueda de sentido

 

A veces el dolor tiene que ver con vínculos que no funcionan: relaciones en las que una parte se siente sola, vínculos familiares que asfixian, rupturas que descolocan más de lo esperado.

 

Otras veces el malestar aparece en el trabajo: por exceso de responsabilidad, por falta de reconocimiento o porque simplemente ya no tiene sentido lo que se hace cada día.

 

Y hay momentos —a menudo en crisis de cambio, separaciones, pérdidas o reorientaciones— donde todo se tambalea: lo que antes sostenía ya no alcanza, y lo que viene todavía no tiene forma.

Adultez LGBTI+: entre libertad y pertenencia

 

Para muchas personas LGBTI+, llegar a la adultez trae consigo la posibilidad de explorar formas más libres de vivir el deseo, los vínculos o el cuerpo. A menudo es una etapa de afirmación, de expresión auténtica y de reconstrucción tras años de represión o silencio.

Pero esa libertad también puede verse contaminada por nuevas formas de presión. Ciertas dinámicas —sexo sin control, consumo recreativo frecuente, chemsex, vida social acelerada— pueden vivirse como “lo que se espera” dentro del colectivo, generando una sensación de pertenencia que a veces oculta un malestar más profundo. Lo que en un momento puede ser exploración o celebración, puede transformarse en una rutina vacía, agotadora o desconectada del propio deseo.

La terapia es un espacio para revisar eso sin moralismos ni culpa: discernir qué te hace bien, qué te protege, qué te confunde. Poder preguntarte qué necesitas, sin tener que encajar ni en lo normativo ni en lo alternativo. Volver a ti.

Violencia psicológica y abuso emocional

 

Muchas personas adultas conviven desde hace años con dinámicas abusivas, tanto en la pareja como en la familia o el entorno laboral. A veces no son conscientes, solo sienten una mezcla de culpa, miedo y agotamiento.

 

El abuso psicológico no siempre deja huellas visibles, pero sí cicatrices profundas: la pérdida de confianza en el propio criterio, la desconexión emocional, la dificultad para salir de relaciones donde se sufre pero también se depende.

La terapia puede ser el primer lugar donde se nombra lo que estaba normalizado. Donde se empieza a reparar lo que lleva tiempo roto.

¿Cómo acompaño yo?

 

Mi enfoque es integrador y humanista. Eso significa que no busco encajar a nadie en un diagnóstico ni aplicar técnicas como recetas.

 

Me importa entender tu vivencia, tu lenguaje, tu ritmo. Trabajo con personas adultas desde un lugar de presencia, claridad y cuidado.

Utilizo herramientas como la hipnosis, la terapia breve estratégica, el mindfulness o la PNL, pero solo si tienen sentido para ti. No ofrezco soluciones rápidas ni promesas vacías. Acompaño procesos reales, donde puedas volver a confiar en lo que sientes, recuperar tu criterio y elegir desde un lugar más libre.

la terapia no es sólo hablar: es escuchar(se), discernir, soltar peso, resignificar. Es, poco a poco, volver a casa.

​Juntos, hacemos de tu mente tu mejor aliada

_La Psicóloga con sombrero_Castellano.tif
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