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Dolor crónico y sufrimiento

"El dolor crónico no canceroso es una sensación dolorosa persistente que compromete tu bienestar, tu nivel funcional y tu calidad de vida. Puede ser el resultado de una herida, de una infección o de cualquier otra causa y es inevitable sentir su presencia. El sufrimiento es el resultado de una interpretación negativa y desagradable de la realidad del dolor que estamos viviendo. Por lo tanto, referido al dolor el sufrimiento es opcional"

¿Qué son cómo se tratan el dolor crónico y el sufrimiento?

El dolor crónico no canceroso es una sensación dolorosa persistente que compromete tu bienestar y tu calidad de vida.

 

En 1979 IASP (Asociación Internacional para el Estudio del Dolor)  definió el dolor como “Una experiencia individual sensorial y emocional desagradable, asociada a un efectivo o potencial daño tisular o de todas formas descrita en relación a ese daño”

En 2019  revisó la definición añadiendo seis puntos que amplían y enmarcan mucho mejor este mismo concepto :

•    El dolor es siempre una vivencia personal e individual influenciada por factores biológicos, psicológicos y sociales.

•    El dolor y la nocicepción (la capacidad de nuestro cuerpo para detectar el dolor) son fenómenos diferentes; el dolor no puede ser deducido solo por la actividad neurosensorial.

•    Las personas aprendemos el concepto de dolor a través de nuestras experiencias vitales.

•    El relato de una experiencia dolorosa debería ser respetado en todos sus aspectos.

•    Aunque el dolor generalmente tiene un rol adaptativo, puede llegar a tener efectos negativos sobre la funcionalidad y el bienestar global de la persona..

•    Una de las numerosas maneras de describir el dolor es a través del habla y la palabra; la incapacidad de comunicar verbalmente no niega la existencia de dolor en una persona o en un animal.

Dentro del espectro del dolor es muy importante diferenciar entre dolor agudo y dolor crónico. El dolor agudo ocurre de forma repentina causado por un golpe, un accidente u otra situación como una quemadura o corte, y suele pasar al cabo de un tiempo generalmente breve. Es necesario y adaptativo ya que desencadena una sucesión de reacciones por parte de nuestro sistema nervioso central y periférico con el objetivo de preservar nuestro organismo, activando así el sistema inmunitario, el sistema endocrino y el sistema motor con vistas a eliminar o resolver su causa.

 

El dolor crónico no canceroso es el que tiene una duración y persistencia de al menos tres meses (seis meses según el DSM5), es menos adaptativo y es causado por múltiples factores no cancerosos, incluidos las causas iniciales de un dolor agudo. Las consecuencias del dolor crónico pueden ser cognitivas, psico-emocionales, relacionales y sociales, al activar en la gran mayoría de casos las llamadas “conductas y actitudes del dolor”  como:

•      Pensamientos recurrentes y distorsiones sobre el dolor

•      Lucha/rechazo/no aceptación

•      Ansiedad ante situaciones que puedan despertar el dolor

•      Miedo al dolor

•      Evitación de actividades por el dolor

•      Insomnio

•      Tristeza y aislamiento por sensación de incomprensión por parte del entorno, por miedo a tener más dolor.

•      Paulatina disminución de actividades

•      Depresión. 

 

Son aspectos del sufrimiento (emocional y cognitivo) provocado por el mismo dolor. Dolor y sufrimiento se retroalimentan : el dolor provoca estas conductas y actitudes y éstas (en particular la no aceptación, la ansiedad y la depresión), causan tensión mental y física generando más dolor, así como abandono paluatino de las actividades sociales y relacionales, aumentando la percepción de indefensión, pérdida de control, incapacidad, lo cual acaba provocando de nuevo ansiedad, rechazo, tensión muscular y por lo tanto más dolor. Pero si es inevitable y a veces necesario sentir dolor, el sufrimiento es opcional.

 

La terapia del dolor ha de ser integrativa y abordar también estos aspectos, fomentando la comprensión, la adquisición de conductas y habilidades emocionales para facilitar la aceptación y la proactividad en la gestión del dolor y romper así el bucle del sufrimiento. Porque en realidad:

"No sufrimos porque tenemos dolor, tenemos dolor porque sufrimos"

 

En sesiones individuales y grupales (en breve) aprenderemos a reducir el sufrimiento aumentando nuestras capacidades de presencia, aceptación, relativización y adecuación, con un programa psicoterapéutico integrativo en el que aplicaremos :

•      Mindfulness

•      Hipnosis

•      Técnicas de Aceptación y Compromiso

•      Terapia Breve Estratégica.

 

Harás así de tu mente tu mejor aliada.

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